
No hay cura para el dolor. No hay refugio de la lluvia.
Oh, y estamos tan a la fama, bien, en alegría y dolor me aferro a tus brazos en un mundo tan vacío.
Y de nuevo somos los mismos, somos fuertes y dichosos y tan valientes; Oh, estamos tan seguros y a salvo y el dolor se desvanece... Nuestras lágrimas se secan...
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